LA HABANA.- El futuro revolucionario de Cuba depende de los jóvenes, declaró el presidente Fidel Castro. “Si los jóvenes fallan, todo fallará. Es mi más profunda convicción que la juventud cubana luchará por impedirlo. Creo en ustedes”, escribió Castro en una carta para Juventud Comunista.
Se trata del pronunciamiento más claro del gobierno cubano de las dificultades de mantener el espíritu revolucionario entre sus jóvenes.
“Ninguno de ustedes había nacido cuando la Revolución triunfó”, escribió el octogenario líder cubano, en referencia al derrocamiento del dictador Fulgencio Batista en 1959. “Sus raíces se sustentan en cada acto de sacrificio y heroísmo de un pueblo admirable, que supo enfrentar todos los obstáculos”.
Castro lleva casi 11 meses sin ser visto en público. Una cirugía intestinal de emergencia lo obligó a traspasarle los poderes a su hermano menor Raúl.
La carta de Castro está fechada el sábado y fue publicada el domingo en el diario Juventud Rebelde.
“Los que apuestan a un futuro de concesiones y entregas, nada podrán esperar de la juventud cubana. Los jóvenes de esta tierra creemos, con profunda convicción, en el futuro libre y soberano de Cuba; en la continuidad de la obra que construimos y en la fidelidad de los revolucionarios de ahora y de siempre”, escribió el grupo.
“Ratificamos nuestro compromiso de combatir enérgicamente contra todo pensamiento y acción colonizadora. Contamos con la guía de nuestro invencible Partido, con la inteligencia y la cultura que la Revolución ha desarrollado en nosotros y la indoblegable convicción de vencer al costo de nuestras propias vidas”, agregó.
Sin embargo, muchos jóvenes cubanos no están tan convencidos. Al igual que sus pares en otras partes del mundo, los niños de la isla quieren tener más acceso a la internet, a la música de última moda, a los programas de televisión y a las películas recientes.
La respuesta de La Habana ha sido la “Batalla de Ideas”, una frase revolucionaria que enmarca los esfuerzos del gobierno para ganarse el corazón de los jóvenes mediante la promoción de la educación, la vivienda, la salud y la calidad de vida.
“La batalla de ideas no tiene nada que ver con cambio. Es lo contrario”, dijo Francisco Hernández, un estudiante de 22 años en la Universidad de La Habana, quien describió el comunismo cubano como un sistema quebrado.
“Algunos tienen dinero, otros pueden viajar. Algunos pueden vivir en casas grandes y comer en restaurantes”, dijo en un inglés casi perfecto. “El resto no podemos hacer nada de eso”.
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